El pasado mes de julio, el primer ministro de Portugal, António Costa, tomó una decisión que sorprendió a muchos en el país. Después de una reunión con la entonces CEO de TAP Air Portugal, Christine Ourmières-Widener, Costa anunció que no renovaría su contrato y que la compañía aérea tendría un nuevo liderazgo. Esta decisión fue recibida con cierta controversia, ya que Ourmières-Widener había sido ampliamente elogiada por su trabajo al frente de la aerolínea. Sin embargo, Costa explicó que mantenerla en el cargo habría sido perjudicial políticamente para su gobierno en ese momento.
La decisión de Costa fue tomada en un momento crucial para TAP Air Portugal. La compañía aérea había sido rescatada por el gobierno portugués en 2015, después de años de pérdidas y problemas financieros. Ourmières-Widener fue contratada en 2016 para liderar la reestructuración de la compañía y devolverla a la rentabilidad. Bajo su liderazgo, TAP Air Portugal logró un aumento en los ingresos y una reducción en las pérdidas, además de expandir su red de rutas y modernizar su flota. Sin embargo, a pesar de estos logros, Costa decidió que era hora de un cambio en la dirección de la compañía.
En una entrevista con el periódico portugués Expresso, Costa explicó que mantener a Ourmières-Widener en el cargo habría sido perjudicial para su gobierno en ese momento. Según él, la decisión de no renovar su contrato no fue una cuestión de desempeño, sino de política. Costa afirmó que, en ese momento, había una gran presión política para que TAP Air Portugal fuera privatizada, y mantener a Ourmières-Widener en el cargo habría sido visto como una señal de que el gobierno no estaba comprometido con esa privatización.
Esta explicación de Costa fue recibida con cierta incredulidad por parte de algunos en Portugal. Muchos argumentaron que Ourmières-Widener había demostrado ser una líder competente y exitosa, y que su salida de la compañía aérea podría ser perjudicial para su futuro. Sin embargo, Costa se mantuvo firme en su decisión y nombró a un nuevo CEO para TAP Air Portugal.
A pesar de la controversia, la decisión de Costa parece haber sido acertada. En los meses siguientes, TAP Air Portugal continuó su camino hacia la rentabilidad y, en noviembre de 2019, la compañía aérea anunció sus mejores resultados financieros en años. Además, en enero de 2020, el gobierno portugués finalmente logró privatizar TAP Air Portugal, vendiendo el 61% de la compañía a un consorcio liderado por la compañía aérea brasileña Azul.
La privatización de TAP Air Portugal fue un gran logro para el gobierno de Costa, y su decisión de no renovar el contrato de Ourmières-Widener parece haber sido una parte importante de ese éxito. Al mantenerse firme en su decisión, Costa demostró su compromiso con la privatización de la compañía aérea y su determinación de no ceder a la presión política. Además, al nombrar a un nuevo CEO, Costa aseguró una transición suave y sin interrupciones en la dirección de TAP Air Portugal.
A pesar de que Christine Ourmières-Widener ya no está al frente de TAP Air Portugal, su legado sigue siendo importante para la compañía aérea. Bajo su liderazgo, TAP Air Portugal logró un gran progreso y se convirtió en una compañía aérea más fuerte y competitiva. Su trabajo fue reconocido por muchos en la industria de la aviación, y su salida de la compañía aérea fue recibida con tristeza por muchos empleados y colaboradores.
En resumen, la decisión de